4. Aplica el limpiador de ventanas:
Rocía el limpiador de ventanas en el cristal de la ventana, cubriendo toda la superficie de manera uniforme. Evita aplicar demasiado producto, ya que esto puede dejar residuos y hacer que el proceso de limpieza sea más difícil.
5. Usa la técnica adecuada para limpiar:
Utiliza un paño de microfibra limpio y seco o una esponja para limpiar el cristal, trabajando en movimientos circulares o de arriba hacia abajo. Evita frotar demasiado fuerte, ya que esto puede dejar rayas en el cristal.
6. Seca y pulsa el cristal:
Una vez que hayas limpiado toda la ventana, utiliza un paño de microfibra limpio y seco para secar el cristal y pulirlo hasta que quede brillante y sin marcas.
7. Presta atención a los detalles:
Después de limpiar el cristal principal de la ventana, presta atención a los detalles como los bordes y las esquinas. Utiliza un paño pequeño o un hisopo de algodón para limpiar estas áreas y eliminar cualquier residuo restante.